Hasta el siglo pasado se consideraba que una persona estaba alfabetizada si era capaz de leer y escribir, pero este concepto ha ido cambiando de acuerdo con los cambios que se producen en la sociedad.
En la actualidad es necesario que una persona cuente con competencias tecnólogicas, informáticas, cognitivas y críticas. Este concepto de alfabetización se ha modificado en el aspecto de que ahora es un proceso continuo de adquirir conocimiento y habilidades.
Acciones a seguir
En la medición de habilidades de adultos realiza en países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Ecónomicas) durante el 2013, se tomaron como punto de partida los cambios en la forma de vivir y trabajar que han generado las nuevas tecnologías de información y comunicación.
Es por esto por lo que se hace necesaria la alfabetización desde el punto de vista tecnológico, enseñando conceptos básicos de informática para ser capaces de utilizar la tecnología en la vida cotidiana, y poder acceder a oportunidades sociales y económicas, y para no experimentar la exclusión.
Alfabetización digital
Según Connecting the Digital Dots: Literacy of the 21st Century, la alfabetización digital es la habilidad de un individuo para realizar tareas efectivas en un ambiente digital (información usada por computadoras), junto con la habilidad de leer e interpretar textos, sonidos e imágenes.
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El problema del analfabetismo tecnológico no tiene que ver con edad, ni sexo, ni posición social, y limita enormemente a una persona para poder desenvolverse adecuadamente en la sociedad. Esta carencia tecnológica impide la Autorrealización del individuo, lo que provoca rechazo, frustración y fracaso ante nuevos retos laborales y personales. Simplemente, se requieren nuevas competencias ante la vida y el trabajo para poder enfrentar un entorno permanente de cambio.
La pobreza gana terreno
Estos nuevos alfabetismos son un problema con múltiples causas, siendo la pobreza una de las más importantes, y otra es el rezago educativo; lo que constituye un reto para la sociedad y para los desarrolladores de tecnología.
La estrategia inmediata debería ser enfrentar la tecnología y aprender a usarla; y es en esta estrategia que el Estado y el sistema educativo a todos los niveles deberían tener el liderazgo en políticas de masificación de acceso, formación y uso en nuevas tecnologías digitales, tanto para los docentes como para los estudiantes.
Se hace también necesario que la empresa privada se involucre todavía más en el proceso educativo panameño, para por medio de la Responsabilidad Social Empresarial apoyar a que se dé una verdadera transformación curricular en el país.
